Lo que muchas personas no saben sobre la ansiedad
La ansiedad no siempre se presenta como una gran crisis. A veces es una inquietud constante que no sabes de dónde viene. Otras veces es una tensión en el pecho, un cansancio que no se va, o una necesidad permanente de estar ocupada para no pensar. Muchas personas viven con ansiedad sin saberlo, porque han aprendido a normalizar el malestar o a soportarlo en silencio.
Es importante saber que la ansiedad en sí misma no es un problema. De hecho, es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como una amenaza o un reto. Nos activa, nos prepara para responder. Pero cuando esa activación se vuelve excesiva, constante o desproporcionada, deja de ser útil y empieza a desgastarnos.
Uno de los grandes obstáculos para detectar la ansiedad es que no siempre se manifiesta con síntomas claros. A veces se disfraza de insomnio, de irritabilidad, de dolores físicos sin causa médica, o de una sensación de estar “fuera de lugar” todo el tiempo. Por eso, poder ponerle nombre es un primer paso fundamental para entender lo que nos pasa y empezar a cuidar de verdad nuestro bienestar.
¿Qué síntomas pueden indicar que tienes ansiedad?
La ansiedad no se vive igual en todas las personas. En unas se manifiesta como un nudo en el estómago, en otras como un pensamiento que no se apaga, en otras como una tensión constante en el cuerpo o una necesidad de tenerlo todo bajo control. Reconocer estos síntomas puede ayudarte a entender si lo que estás viviendo tiene que ver con la ansiedad.
Síntomas físicos
La ansiedad afecta al cuerpo, muchas veces antes de que seamos conscientes de lo que sentimos. Entre los síntomas físicos más frecuentes encontramos:
- Tensión muscular, dolor en cuello, mandíbula o espalda.
- Problemas digestivos: acidez, diarrea o sensación de nudo en el estómago.
- Palpitaciones, presión en el pecho, mareos o sensación de ahogo.
- Cansancio persistente, alteraciones del sueño o sensación de agitación interna.
Estos síntomas no siempre se presentan de forma intensa, pero cuando son frecuentes y no hay una causa médica clara, conviene prestarles atención.
Síntomas emocionales y mentales
La ansiedad también se expresa a través del mundo interno:
- Preocupación constante, incluso sin un motivo claro.
- Sensación de amenaza o miedo ante cosas cotidianas.
- Pensamientos intrusivos, difíciles de detener.
- Autoexigencia extrema, culpa o sensación de no estar a la altura.
Es común sentir que la mente no para, que siempre hay algo pendiente o que cualquier situación cotidiana se convierte en un problema mayor de lo que realmente es.
Síntomas conductuales
A veces, la ansiedad se nota más en lo que hacemos (o dejamos de hacer) que en lo que sentimos:
- Evitar situaciones sociales, responsabilidades o decisiones.
- Irritabilidad o reacciones desproporcionadas ante pequeños estímulos.
- Dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes, insomnio.
- Uso de estrategias de escape (comer de más, revisar el móvil compulsivamente, consumir sustancias…).
¿Cuándo es momento de pedir ayuda?
Hay quien vive con ansiedad durante años sin saberlo. O quien sospecha que algo no va bien, pero se dice a sí mismo que “no es para tanto”. Sin embargo, hay ciertas señales que indican que ha llegado el momento de buscar apoyo profesional.
- El malestar interfiere en tu día a día. Si afecta a tu descanso, a tus relaciones, a tu trabajo o a tu salud.
- Sientes que has perdido el control. Ya no sabes cómo parar la mente, cómo calmar el cuerpo, cómo volver a ti.
- Has intentado gestionarlo por tu cuenta, pero no es suficiente. Has leído, has probado técnicas, pero la ansiedad sigue ahí.
- Te sientes sola o incomprendida. No encuentras un espacio seguro donde poder hablar de lo que te pasa sin miedo a ser juzgada.
¿A qué profesional puedes acudir?
- Un/a psicólogo/a general sanitario/a puede ayudarte si estás atravesando un momento de malestar, crisis vital o desbordamiento emocional.
- También puedes contar con profesionales especializados en enfoques integrativos, que combinan el trabajo emocional, corporal y relacional.
En El Árbol Psicología trabajamos desde un enfoque cercano y personalizado, acompañando a cada persona según sus necesidades y ritmo. Si sospechas que podrías estar viviendo ansiedad, este puede ser un buen punto de partida.
¿Y si no es solo ansiedad?
La ansiedad no suele ser un fenómeno aislado. A menudo se funde con otras formas de malestar y se manifiesta junto a síntomas físicos, emocionales o relacionales que no siempre encajan en un solo fenómeno. Aunque el sufrimiento no puede dividirse en compartimentos estancos, contar con un lenguaje para nombrar lo que nos ocurre puede ayudarnos a comprender mejor lo que está sucediendo.
¿Qué puede estar detrás o junto a la ansiedad?
- Estrés crónico: provocado por una sobrecarga sostenida en el tiempo. Tiene un vínculo directo con factores externos (laborales, familiares, económicos), y puede llevar a un estado de tensión constante difícil de identificar como ansiedad.
- Depresión: a veces comparten síntomas como el insomnio o la dificultad para concentrarse, pero en la depresión el eje suele estar en el desánimo, la apatía, la sensación de vacío o la falta de interés por lo que antes resultaba significativo.
- Trastornos psicosomáticos: cuando el cuerpo expresa lo que no puede decirse con palabras. Dolencias físicas sin causa médica clara que a menudo están conectadas con conflictos emocionales profundos.
- Burnout o fatiga emocional: especialmente frecuente en personas que sostienen a otros —en el trabajo, en la familia o en el entorno social— sin espacio para sí mismas. Puede ir acompañado de insensibilización, irritabilidad o sensación de estar “quemada”.
Un diagnóstico no es una etiqueta, sino una brújula.
Ponerle nombre a lo que nos pasa no significa anclarnos en el diagnóstico, sino mejorar el mapa que nos ayuda a orientarnos.
¿Qué puedes hacer si crees que tienes ansiedad?
Primeros pasos para gestionar la ansiedad
Lo primero es reconocer que algo te está pasando. Si llevas tiempo sintiéndote desbordada, inquieta o agotada sin una causa aparente, ponerle nombre a ese malestar puede ser un alivio. La ansiedad no es una debilidad ni un fallo; es una señal de que algo dentro de ti necesita atención. Observar lo que sientes, aceptarlo sin juzgarte, y empezar a buscar recursos es el inicio de un camino de cuidado.
Ejercicios sencillos para calmarte
Aunque no sustituyen una terapia, hay prácticas simples que pueden ayudarte a regularte en el día a día. Algunas personas encuentran alivio al hacer respiraciones lentas y profundas, otras al salir a caminar o hacer estiramientos suaves. También puede ser útil crear momentos de pausa a lo largo del día para escuchar tu cuerpo, notar tu estado interno y volver a ti.
→ En este artículo exploraremos varios ejercicios y prácticas corporales que puedes aplicar en tu vida cotidiana para calmar la ansiedad.
Aceptar en lugar de luchar
Uno de los mayores cambios que puedes hacer es dejar de pelearte con lo que sientes. A veces, cuanto más intentamos eliminar la ansiedad, más fuerza cobra. Aprender a aceptar su presencia como parte del proceso humano, sin dejar que dirija tu vida, puede ser liberador.
→ Si te interesa este enfoque, en este otro artículo hablaremos sobre cómo la aceptación puede convertirse en un antídoto para la ansiedad.
Busca ayuda profesional
No tienes por qué hacerlo sola. Pedir ayuda no es rendirse, es tomar responsabilidad sobre tu bienestar. La ansiedad tiene tratamiento, y hay profesionales que pueden acompañarte a entender lo que te ocurre, cuidar tus necesidades emocionales y recuperar tu equilibrio.
En El Árbol Psicología podemos ayudarte
Si te has sentido reconocida en este artículo, quizás ha llegado el momento de dar un paso más. En centro de psicología y salud integral el Árbol en Granada trabajamos desde un enfoque integrador, cercano y profesional, adaptando el acompañamiento a lo que tú necesitas en este momento de tu vida.
Desde el área de psicología, ofrecemos terapia individual para personas adultas, tanto desde una orientación psicológica clásica como desde una perspectiva psico-corporal, según tu caso y tus preferencias. También puedes participar en actividades grupales como los talleres de psicología y conciencia corporal o la línea de actividades semanales Balance, especialmente indicados si sientes que la ansiedad también se manifiesta en tu cuerpo.
Estamos en Granada y ofrecemos atención tanto presencial como online. Si sientes que ha llegado tu momento contáctanos. Estaremos encantadas de escucharte y contarte cómo podemos acompañarte.